Todos somos conscientes de los problemas físicos y emocionales que puede ocasionar el ritmo acelerado y frenético en el mundo desarrollado donde vivimos. Día a día, sentados frente al ordenador o ante el volante, moviéndonos entre los múltiples estímulos que nos alejan de los valores importantes de la vida como: el tiempo libre, la amistad, el amor o la confianza; van generando más y más preocupaciones en nuestra vida cotidiana, nos van cerrando el cuerpo, en su sentido más literal, y minan nuestra energía y estado emocional.

La postura corporal al cerrarse hace que las costillas también se cierren y se conviertan en una ‘cárcel’ para nuestros pulmones, generando una respiración irregular que conlleva una falta de flujo energético visible en el estado de nuestra mente.

Desde el terreno energético: en el centro de nuestro pecho reside Anahata chakra o ‘chakra del corazón’ y si está cerrado o bloqueado, se mostrarán dificultades para expresar los sentimientos, se crearán estados de ansiedad, hipersensibilidad y odio. La apertura del pecho simboliza la apertura del corazón, que crece en compasión y conexión con los otros y, por lo tanto, disminuye el aislamiento y la depresión.

Así que este mes vamos a sacar pecho y a comernos el mundo. 


Namasté 

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